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«EL COBARDE Y DESLEAL ´YO ME QUITO´»

“Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro…” Diógenes.
La gente puede juzgar por sí misma. Basta echar atrás el casete y comprobar quiénes formaban parte del séquito y entorno, a los que Eduardo Li pensaba (o creía) que eran «sus» amigos.
Da tristeza (sin defenderlo ni juzgarlo) observar conductas tan revanchistas como increíbles y, mostrar ante la opinión pública, (esa que tantas veces ha visto a esos personajes a la par del jerarca sin que se “borren” las adulaciones. Y todo porque ante los acontecimientos tan graves, encontraron la puerta fácil de la huida de forma cobarde y desleal. Declaraba, dolida y enfática, la esposa de Eduardo Li a los medios de comunicación; «No es nada privado, todo es por el fútbol. Que no digan ahora que era cosa particular suya…» Lo hacía indignada, ante las declaraciones de dirigentes que ni siquiera le otorgaban otorgarle la presunción de inocencia. ¡Qué forma de darle la espalda al “amigo” con singular bajeza! Es entendible la diplomacia, pero no el desdén y mucho menos la famosa conducta tica del… «yo me quito»
Decía mi abuelo: «Los amigos son para siempre, en las buenas y las malas, En la gloria o el mismo infierno. Amigos para siempre… Sean cuales fueren las circunstancias». Reflexión realista acerca de la hipocresía y la miseria humana, tras ver el ruin comportamiento de quienes son “matreros”
Y valga acotar lo siguiente… Entre los que como «buitres» tardaron NADA en postularse y hablar de un cambio en la Presidencia de la Fedefutbol, es de esperar que antes (como a candidato a puesto de representación pública y/o nacional) de darles algún tipo de crédito, mucho menos poder, se deberían revisar muy bien los antecedentes personales y profesionales. Si se escudriña en su pasado, se para el Sol ante tanto descaro; siendo, como son, «estos pajarracos» dueños de un expediente sucio y bien conocido por muchos de los «hombres del fútbol». Y es que son demasiadas las evidencias y además poco confesables, aunque apelen al alzhéimer de los demás.
En consecuencia, hay que esperar acontecimientos para comprobar cuáles son los cargos contra Eduardo Li y que éste tenga la oportunidad de defenderse ante los Tribunales que correspondan; para que sean los jueces los que dicten sentencia. Empero, no es de recibo darle, a la distancia y en situación de indefensión, tan ostensibles y viles puñaladas, por parte de “arribistas”, que toda una vida andan al acecho de la carroña. En todo caso, sirva decirles a estos individuos, que si para algo califican es… para aves rapiña…
Con ellos, en algún puesto de poder… ¡Pobre fútbol! Y a los aficionados y dirigentes que… ¡Dios nos agarre confesados!

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